Subir a la cima de la montaña

Tengo la dicha de poder contar que ya subí a la cumbre del cerro La Campana.

Con sus 1.920 msnm, sin duda es la altura máxima a la que he llegado caminando. En un grupo de 7 personas, guiados por nuestra vecina Catherine Fuentes, pudimos concretar esta meta el pasado sábado 16 de diciembre del 2023.

Lo mejor

Quedé muy impresionado por la abundancia de flores que había en los senderos. Muy hermoso. A ello le puedo sumar las aves, las lagartijas de llamativos colores, los árboles nativos, las aguas de las vertientes, el ir más arriba de las nubes y el tener que subir hartos metros sobre las rocas.

Lo inolvidable

Fue especial que en el último cuarto del camino se haya despejado el cielo. Gracias a ello pudimos apreciar mejor la grandiosidad del paisaje.

El viento que había solamente en la cima también lo tengo que destacar.

No olvidaré esa sensación de estar muy cansado pero de tener que seguir subiendo, porque teníamos una importante meta por cumplir.

Lección de vida

Cuando llegamos arriba me quedó claro que esta sería la primera y última vez que subiría esa gran montaña. A mis 54 años ya noto que no tengo las fuerzas de antes, pero a pesar de todo, me agrada saber que rendí bien y que no tuve ningún dolor en mi rodilla ni en mi espalda (que era algo que en parte temía).

Esto me lleva a pensar que es bueno aprovechar la juventud para disfrutar más activamente de las bellezas que Dios ha creado en este mundo.

Mi segunda clase de natación.

En esta foto puedes ver mi codo izquierdo. En él se aprecia una pequeña herida. ¿Qué que la provocó? Nada menos que un piquero que di en mi segunda clase de natación. Suena chistoso, pero choqué en el fonde de la piscina.

Ahora, como la idea es aprender, le pregunté a la instructora y ella me indicó que dentro del agua debía levantar la cabeza para no seguir hundiéndome. Lo intenté de nuevo y me resultó mucho mejor y no salpiqué tanta agua.

Cuando llegué a la casa, le conté a mi familia que con el primer piquero saltó agua al computador que estaba usando un profesor cerca de la piscina (¡cómo habría sido!), que en el segundo choqué en el fondo, y también a ellos les dio risa cuando les dije que en mi clase había otros dos alumnos… que eran dos niños de tan solo 7 años.

¡Ya me imagino que cuando termine mi curso inicial tenga que salir desfilando con estos dos compañeros!

Campamento de Hombres

¡Eres un hombre! Esa fue la frase que más escuchamos y pronunciamos en coro durante nuestro Campamento de Hombres «Varón de Guerra», realizado por nuestra iglesia Ríos de Vida, en una parcela en la comuna de La Cruz.

Asistimos 12 hombres, la mayoría casados más algunos solteros. Pasamos juntos dos días, incluída una noche en la que dormimos en seis carpas.

En general, le dimos carácter militar a nuestro retiro. En todo momento íbamos haciendo el paralelo entre la milicia y la espiritualidad según la Biblia. De hecho, nuestro versículo lema era «Jehová es varón de guerra; Jehová es su nombre» (Éxodo 15:3).

En la noche hicimos turnos de guardia en parejas, según estábamos distribuidos en las carpas. De a dos salimos a dar rondas a la parcela, velando y orando. Fue muy especial.

En la mañana el instructor Claudio Salazar nos despertó con toque de diana, a las 7 AM, para hacer ejercicios físicos. Esto fue uno de los momentos más significativos del campamento.

Los puntos fuertes fueron los tres temas en los que se afirmó la masculinidad, los cuales culminaron con una Declaración de Hombría:

  1. Eres un HOMBRE (no eres un niño; te trataremos como hombre).
  2. Eres un hombre CAPAZ (tienes todo lo que se requiere para vencer y para ser un buen padre).
  3. Eres un hombre capaz y LIBRE (ya no eres esclavo del mal ni del pecado).

Entregamos una placa de identificación militar a cada asistente, tuvimos práctica de tiro y camuflaje, y en general disfrutamos intensamente. De seguro, no salimos igual y ahora estamos más unidos… como si hubiéramos sido compañeros de trinchera en una cruenta guerra.

En un plano más personal…

Más allá de todo lo anterior, esta actividad ha sido relevante para mí porque fue una iniciativa que tuve el 10 de octubre tras leer el libro Salvaje de Corazón, de John Eldredge.

Me motivé tanto con la idea de afirmar la masculinidad que junto con Gerardo Sepúlveda organizamos este campamento. El contenido del programa fue surgiendo paso a paso, y el producto final resultó ser una experiencia de alto impacto.

En la actividad inaugural, recuerdo que les conté que después de haber conocido tantas injusticias, arbitrariedades y abusos que se suelen cometer en las fuerzas armadas de mi país, de alguna manera había determinado que jamás usaría ni me compraría alguna pieza del uniforme militar, pero al ver a Dios como varón de guerra y al relacionar esto con la naturaleza del hombre y cómo Dios lo diseñó, he cambiado de parecer, hasta el punto de haberme comprado (en esa semana) una gorra, una camiseta, un pantalón y un cuchillo que usé en nuestro campamento.

Y de manera paralela a la inspiración y a la creatividad, también esta instancia fue destacada para mí porque pude crecer en el área del liderazgo, que es una faceta que me interesa desarrollar. ¡Imagínate que en el campamento yo era el capitán!

Mi sueño de aprender a nadar

El domingo escuché una predicación acerca de cómo vencer el temor, y una manera de aplicar lo aprendido consistió para mí en buscar donde daban clases en Viña del Mar o en Valparaíso.

Ayer me dieron un contacto y de inmediato me inscribí en las clases que da el Club Aquaman en la piscina del Colegio Saint Dominic de Viña. Ya pagué por mis primeras 8 clases en un mes (martes y jueves) y hoy fui por primera vez.

Pienso que hace mucho tiempo quiero aprender, y tras varios intentos y cursos gratuitos, esta vez decidí dar un paso más grande, invirtiendo más en mi aprendizaje.

Me encantaría aprender a nadar (lo básico) en este mes, a fin de poder hacer mi práctica cuando vaya en enero del 2024 a la Isla de Pascua, con Ruth. ¡Ya me imagino nadando en la Playa Anakena!

Profesor Bandurria

Reflexiones y vivencias de Santiago Castro Leguizamón.

Crónicas Personales

Reflexiones y vivencias de Santiago Castro Leguizamón.